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Me pregunto a qué árbol me parezco
a qué otra mansedumbre de pie,
a qué otra ira disimulada,
antes que el otroño se lleve
la prueba innegable de la primavera
y agosto amenace la memoria
de los siempreverdes.
Es tan difícil mantener el equilibrio
el alma vertical
y las raíces de arena.
Pero mi nombre escrito entre las hojas
se pierde de vez en vez
para ser viento.
sin duda tu poesía excede el alma
ResponderEliminargracias , muchas gracias por permitirme dar esta panzada
un beso enorme
francisco
no te entiendo tus poesias pero sos una exelente escritora!segui asi!!
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