martes, 20 de abril de 2010


Paz


Abre su mano un niño,
umbral que no sabe de cerrojos,
suelta en el viento
una advertencia de mariposas
sobre tanto escombro de flores.

Parpadea el silencio entre sus dedos
como inaugurando las alas de una caricia
y obliga al mundo a detener sus combates
para subirle el volumen
al tañido de la esperanza…




Agradezco a Ariel Di Gioia por la fotografía