miércoles, 16 de marzo de 2011

Aprendiendo a flotar
























Después de la inundación, se hizo autodidacta en técnicas de buceo.
Se sumergía por horas en el cuarto de llanto a ordenar las actas remojadas
donde se confundían las firmas de casamiento y las rúbricas de divorcio.
Se sentaba sin respirar sobre la cama submarina a mirar el tiempo intacto de la diapositiva con aumento, al final de un tubito de plástico.
Entraba a la fotografía casi nublada y abrazaba al muchacho flaco sentado a su lado,intentaba la risa que les quedó para siempre y la manzana acaramelada parecía más insulsa y lejana en cada mordida.
De fondo, el circo inmóvil.
De fondo, los trapecistas con vértigo y un fraude de magos.
Trató de suspirar y tosió un pez atragantado.
En el rasguño del asma, le dio la espalda a la asfixia y nadó hacia la superficie con medio pulmón para el olvido.



Cuento mencionado en el Concurso "Presencia de mujer" de la Municipalidad de Vicente López - Buenos Aires - marzo 2011