miércoles, 3 de febrero de 2010

Vuelo moderado

Tal vez las huellas

no comprueben mis pasos.

A los cuarenta aún no puedo

prescindir de mis alas

y hasta donde he llegado

lo establecen mis tropiezos.

Olvidé los mapas

para no repetirme en los errores,

puedo arrojarme la primera piedra

o batir las alas

izando todo el peso

para equilibrar mi alma en el aire.


A los cuarenta

raciono el vuelo, el cielo, la jaula

y estoy notando

el deterioro de mis zapatos

en tantas plumas de menos.