miércoles, 18 de noviembre de 2009

Para que no vuele




Mi memoria de fragancias
a jabón limzul
me regresa al lavadero
a la ropa blanca de mi madre
a su voz de espuma.
Canturreando
mitigaba manchas y rutina
y
hasta parecía feliz en el patio
sitiada de libertades
recién tendidas.
Y cuando los vendavales
saqueaban su soga,
yo sujetaba con broches
y con plegarias
las alas de su pollera…

1 comentario:

  1. alucinante, no imaginas lo hermoso que es poder leerte a gusto
    un beso enorme
    francisco

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