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Mi memoria de fragancias
a jabón limzul
me regresa al lavadero
a la ropa blanca de mi madre
a su voz de espuma.
Canturreando
mitigaba manchas y rutina
y
hasta parecía feliz en el patio
sitiada de libertades
recién tendidas.
Y cuando los vendavales
saqueaban su soga,
yo sujetaba con broches
y con plegarias
las alas de su pollera…
alucinante, no imaginas lo hermoso que es poder leerte a gusto
ResponderEliminarun beso enorme
francisco